La clasificación vocal de nuestra Diva se define dentro del mundo de la música clásica como una "high lyric
soprano" lo que podríamos definir en español como una "soprano lírica"
Sarah en un principio acostumbraba a leer todas las reseñas y críticas a sus trabajos, pero
esto le afectaba pues tomaba las críticas muy personal especialmente aquellas críticas que eran intencionalmente negativas
y ahora ha decidido no prestar atención a las críticas. Cuando logra ver alguno de sus shows en televesión o alguna de sus
canciones por radio siempre se auto evalúa y da su opinión personal de lo que ella considera debe quedar mejor y de lo que
debe mejorar.
Aunque sus discos son exquicitos es realmente una artista de las tablas pues es en sus presentaciones
en vivo donde Sarah logra impresionar demostrando que es un ser que nació para alcanzar el éxito.
De acuerdo con la revista Billboard del 9 de Septiembre del 2000 Sarah se mantiene como la
segunda artista de mayor venta de discos en la catecoría de "Classical Crossover Artists" Sin duda su voz será recordada por
todos los tiempos.
Es joven, bella, canta arias... pero sorprende con su estilo pop. El público la sigue y los intelectuales
de la música no saben en qué estilo clasificarla. Desde que incursionó en la música clásica la ópera tomó otro color y otro
sentido...
Su Voz parece susurros, hojas que rozan el suelo, sonidos guturales... célticos. Algo ocurrió
en la música clásica. Se permitió dejar entrar nuevas corrientes, mezclar sonidos y disfrutar como nunca del despliegue escénico
de los grandes espectáculos. Y quien lo hiso fue una mujer ecepcional. Sarah Brightman es la protagonista de esta historia.
La misma que irrumpió con glamour de diva de ópera y destellos de artista pop en los ratings radiales. Es cierto, aunque para
algunas mentes rigurosas del mundo de la música es para no creerlo. Pero ella está allí, cantando fuerte, imponiendo su presencia
y estilo lírico al público. . .
Ha participado en Cats, su ex marido, el compositor Andrew Lloyd Webber, creó
para ella el personaje de Christine en El Fantasma de la ópera, cantó con Carreras el himno de las Olimpiadas de 1992, ha
estado nominada a los Grammy por Requiem, interpretada a dúo con Plácido Domingo. Adapta su voz lírica a canciones de corte
entre pop y new age, y en el que afirma que esta vez se ha volcado plenamente en lo que más le gusta. Con este nuevo trabajo
discográfico "La Luna" es la tercera vez que interpretas canciones de J.M. Cano, declara, «lo elegí porque admiro mucho a
José María Cano. Lo conocí cuando estaba componiendo su ópera y quedé con él en que si alguna vez hacía una versión en inglés
de Luna, colaboraría con él. Las canciones que compone van muy bien con mi tesitura de voz, así que con José María me siento
muy cómoda». Reconoce que, a pesar de su formación clásica y de haber estudiado canto con los profesores más prestigiosos
de Gran Bretaña, los puristas de la ópera no la aceptan en sus exclusivos círculos. Una circunstancia que le ha ayudado
a empecinarse en su tendencia de mezclar estilos porque, «haga lo que haga», reconoce, «no voy a conseguir que me acepten
como una cantante lírica, así que es mejor hacer lo que realmente me apetece. Yo nunca he pretendido convertirme una estrella
de la ópera, así que tampoco me preocupa lo que piensen los más ortodoxos. Estoy contenta con mi forma de cantar y creo que
la experimentación en la música es más importante que seguir cánones estrictos».
SILVIA GRIJALVA MADRID
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